Showgirls

Tetas en el país de la piruleta, o quizá una sutil e intencionada parodia (6).

La verdad es que la primera toma de contacto con la película es, siendo suaves, poco prometedora. Y es que durante gran parte del metraje tienes la sensación de que la historia sucede en un mundo utópico donde hasta los cabrones actúan de buena fe y cuya protagonista como mínimo es bipolar, pasando de la más absoluta simpatía a mostrar su lado más desagradable, dentro de una contención y pulcritud absoluta, en prácticamente cada escena.

El mundo que rodea toda la acción es sórdido, pero la historia y su desarrollo es muy suave y demasiado almibarado. El comportamiento de los personajes, sus diálogos y sus intenciones contrastan completamente con la potencia (que no erotismo) y vigor con la que están grabadas las escenas con un fuerte carácter sexual. Por momentos te parece que estás viendo un cómic de Tintín en el paraíso de las mujeres que no conocen el sostén, si no fuese porque en los cómics de Tintín no aparecen mujeres.

La historia tópica, comedida y políticamente correcta avanza con buen ritmo, pero sin sorpresas ni emoción, además de estar cogida con alfileres y ser demasiado dispersa, sin atacar ninguno de los numerosos cabos que deja sueltos. Las actuaciones no pasan de regulares y todo parece ser un mero artificio mal ubicado para mostrar mujeres ligeritas de ropa moviéndose del modo menos sensual posible.

Pero a pesar de todo la película es entretenida, por lo que a pesar de tener la sensación de que estás viendo un bodrio, como los ejercicios gimnásticos en topless te complacen la vista prosigues su visionado y precisamente cuando te acercas al final es cuando, a partir de escenas concretas, te das cuenta que quizá toda la película sea así por alguna razón. Llega un momento en el que parece que Verhoeven decide mostrar sus cartas y te hace ver que todo esa ambientación tremendamente kitsch sirve para mostrarte en dos escenas, más bien en dos planos tras dos escenas de las protagonista, todo lo sucio que hay detrás de la historia. Transmitiendo la sensación de que has contemplado una sutil parodia del mundo del espectáculo, mostrando su frivolidad, mostrando su lado ideal, casi caricaturizado hacia el extremo para terminar en un giro completamente tópico, se podría decir que previsible, pero en el que extrañamente consigue dotar de algo de significado a la película, queriéndonos mostrar como lo realmente sórdido no eran las escenas de sexo, sino todo lo demás.

No diré que sea una buena película, ni se acerca a ello, quizá mi sensación sea sólo eso, una mera interpretación errónea de un desenlace que admito que es tópico, pero lo cierto es que las grandes parodias, son aquellas que no lo parecen.

En definitiva, puede ser considerada perfectamente un bodrio, pero quizá, y digo sólo quizá, haya algo más debajo de esa primera y consistente impresión.

En el peor de los casos, una película mala, pero entretenida, en el mejor, una película regular e incomprendida.

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