Frost contra Nixon: El desafio

Convencional y autocomplaciente (6).

Bueno, antes que nada decir que esperaba más, quizá algo distinto, quizá algo más arriesgado, quizá algo más que otro biopic convencional grabado con buen pulso y amparado bajo la sombra de una soberbia actuación.

La verdad, la película no es mala, pero es un historia, o un arquetipo visto una y mil veces, una película que se sustenta gracias a Langella y en que su director no ha puesto esmero alguno en arriesgar ni en forzar. Ofrece un magnífico retrato de Nixon, pero toda la atmósfera, la selección de las escenas, la manera de querer dar una jarra de agua fría y una de caliente, el esfuerzo por no posicionarse, un intento extraño de ser imparcial en todo momento termina por dar la sensación de ser una película complaciente, casi caritativa con Nixon, como demuestra la escena final, donde casi parece que se le retrata como un buen hombre víctima de sus circunstancias.

De este modo te encuentras con una película que pretende ser objetiva, pero a la vez es tremendamente maniquea con la figura de Nixon, parece barrer deliberadamente hacia un lado y trata al personaje de Sheen como una mera marioneta con suerte, como alguien a quien regalan la victoria.

Una película que regala tantas escenas intensas como prefabricadas y donde lo único que realmente merece la pena es la brillante interpretación de Langella y la tensión que se llega a respirar en algunos momentos de la entrevista.

Una película que mientas la vez causa una magnífica impresión, que te atrae dentro de la historia, pero que cuando termina te quedas con cara de, ¿a dónde querían llegar? ¿Tanto ruido para tan pocas nueces? Terminas realmente dudando de la intención de la película, y lo peor es que terminas creyendo que se moja, pero hacia el lado opuesto hacia donde te habían vendido.

Una película convencional que juega sus cartas con fluidez, que atrapa mientras dura el metraje, pero que una vez terminada genera dudas. Una película recomendable únicamente por la brillante actuación de Langella y a la que en mi opinión la nominación le queda muy grande.

Por cierto, mucha gente dirá que Rebecca Hall actúa como mero florero... y yo lo único que podré decirles es: ¡Qué florero más bello!

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